Hoy nos toca hablar sobre las máscaras, sobre el proceso
para confeccionar tan insólita representación de nuestra figura, la cual no
está exenta de dificultades y a la vez de buenos momentos, pero aun más
importante, nos toca hablar sobre el significado que tienen y que cada uno les da a este grabado en yeso de lo que es nuestra imagen.
Rezagados e indignados |
Al comienzo de la clase el curso se había dividido en 2
grupos, al mío le tocaban las máscaras, al otro la creación del blog, sin
embargo, cuando transcurría poco de la clase nos enteramos que el otro grupo se
había quedado sin sala y por lo tanto sin trabajo que hacer, pasando este
delirante momento de interrupción, la profesora se dispuso a darnos los
materiales, nos dividimos entre las 2 salas que están contiguas y pusimos manos
a la obra a tal esforzada labor.
En esos momentos todo era cortar tiras de
yeso, remojarlas, reírnos, ver quién sería el primero en ser utilizado como
molde, aplicar la vaselina en su cara y comenzar a poner las tiras una a una en su rostro para ir dándole forma más
tarde. La primera fue Romina, mientras tanto, yo y Daniela nos dispusimos
comenzar el trabajo, no sin antes reírnos a carcajadas de las hilarantes
situaciones que se generaban en aquella sala, todo iba bien hasta que las risas
fueron aumentando a tal punto que ya no nos podíamos concentrar en lo que
estábamos haciendo, tras volver a la cordura y de por fin terminar la primera
máscara , había llegado el turno de Daniela, y el mío por supuesto, al ser 2 en
esta ocasión llego desde la otra sala mi polola Camila (a quien había ido a
molestar mientras no podía moverse porque todavía no se secaba su máscara)
junto con Maritza (quien tiene unos dotes únicos para las manualidades) a
ayudarnos. Las risas continuaban cual chiste surgía y no fue hasta que me
colocaron una venda en la boca hasta que lograron me quedará callado, fue allí
cuando me quede solo con mis pensamientos, pensaba en él como una simple tira
de yeso moldeada a mi forma pasaría a ser luego una representación de cómo era
yo en realidad, pues no es lo mismo verse al espejo que tener en tus manos tu
rostro plasmado allí mismo.
He allí mi rostro |
Espontaneidad y risas por doquier |
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