Nada será como lo era antes. Esa es la consigna que quedó en
mí, luego de esta clase, cuyo tema era: el drama. Digo que nada será como antes
debido al gran cambio que sufrió el espectro y entorno en cuanto al ramo,
particularmente en cuanto a mis compañeros, al como los veo y ahora conozco un
poquito más, debo admitir que ahora la
conexión entre todos nosotros creció un poco más, y espero lo siga haciendo en
los años venideros. Pero hablemos de la clase en sí, volvimos a dividirnos en 3 grupos, a cada uno
le toca una tarea distinta, con el pasar de las clases iremos revelando como
continua cada una de estas historias.
Diarios, muchos diarios, miles de diarios |
El primer grupo debía llevar muchos, muchos diarios, nadie
sabía con certeza para que, por lo tanto, antes de la clase las especulaciones
eran varias, finalmente cuando ya estábamos ahí supimos a que venía todo esto,
básicamente todo se trataría de, pues, drama. En la antigüedad y en sus
comienzos este era una actividad sagrada, de culto a los dioses, aunque no
veneraríamos ningún ser superior, el profesor quiso mantener ese aspecto
ceremonial.
Los chicos debían pensar y reflexionar (más bien era la
tarea de todos, pero con gente que sería la protagonista en esta ocasión),
debían escoger a una persona, una persona que haya sido importante y
significativa en su vida, que haya sido su pilar fundamental quizás, o una especie de mentor, o
simplemente alguien al que quieran mucho. Luego debían escoger algo que
representará a esa persona, un objeto característico, o quizás algo más parecido
a un símbolo, o un simple emblema, no importaba que fuera, solo importaba lo
que ese objeto (el cual debían hacer con los mismos papeles de diarios que
habían llevado), significará.
Las lindas querían posar |
Las manos se pusieron a la obra mientras el resto de
nosotros trataba de adivinar que hacían, veíamos con gran incertidumbre y
curiosidad, y esperábamos con anhelo saber y entender que significaban para
cada uno de ellos. Mientras tanto, mi mente seguía divagando sobre a quién y cómo hubiera
representado yo en aquella situación, a alguien que fuera importante para mí.
Muchos nombres se cruzaron por mi mente, muchos recuerdos, buenos y malos
momentos, pensaba en la relación con esas personas, el cómo las conocí, el cómo
influyeron en mi vida, en como su sola presencia era capaz de alegrarme el día
de una manera sorprendente.
El Buda de papel |
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