My Music

martes, 4 de junio de 2013

¿Solo música, o más bien, la expresión de tu alma?

La música es una de las más antiguas formas de expresión del hombre, más teóricamente es: “el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la intervención de complejos procesos sico-anímicos”, pero en lo que concierne a mí, es más que eso, es la forma de expresarse más hermosa que jamás se haya inventado o descubierto, pues la música es la expresión del alma pura y sincera, todo esto  mediante la simple utilización de instrumentos que generen sonido consistente y con ritmo,  viendo esto para la clase que nos tocaba tener debíamos llevar cada uno un instrumento para poder tocar, en cuanto a mi me hubiera encantado poder llevar mi teclado eléctrico, pero para ser sinceros era un poco complicado hacerlo, otro instrumento que me hubiera encantado poder llevar era un berimbau, instrumento importantísimo en la “batería” que se compone para las “rodas de Capoeira", pero debido a la lejanía con mi verdadera casa, era aun más difícil, al final opte por utilizar un yembe, el cual se encontraba en la misma escuela, ya con mi instrumento en mano me dirigí a la clase. 

Todos estábamos bastante emocionados, se podía sentir en el aire, y bueno en nuestros oídos, porque todos querían tocar en aquel momento sus instrumentos para demostrar sus cualidades, la profesora nos detuvo, debimos colocar los instrumentos en el suelo, en una especie de círculo en el que se encontraban todos los instrumentos por haber.
Diversidad Instrumental
Había de todo desde guitarras, pasando por flautas, un violin, el yembe, y hasta un computador con un piano electrónico, en fin de todo, nos dispusimos en 2 grupos, el primero debía dar una vuelta al círculo y escoger el instrumento que más le llamará la atención, se fueron muchos instrumentos en aquel momento, dentro de los que quedaron nos tocaba al resto escoger, entre los instrumentos que habían, uno me llamó la atención sobre el resto: una armónica. Creo que fue así porque jamás en mi vida había tenido la oportunidad de tener una en mis manos y de, por lo tanto, tocar una, entonces la tomé, ya con mi instrumento en mano lo observe bien, trate de entender el cómo funcionaba, más allá del obvio hecho de que  necesitaba aire para sonar.  Comenzamos a tocar los instrumentos que teníamos en nuestras manos, era un caos sonoro, como diría mi antiguo profesor de música; era una “orgía instrumental”.


Se debía tocar según las distintas emociones que la profesora nos indicaba, estas iban desde alegría, tristeza, furia, tranquilidad, y muchas otras. Pasamos a organizarnos en grupos según nuestros instrumentos, me fui directo con los de viento, allí debimos generar una especie de canción, más bien una melodía la cual debíamos mostrar al resto, nos bautizamos como grupo “Ráfaga”, intentamos organizarnos, no fue fácil, debido a la complejidad de unir nuestros instrumentos, pero se logró algo decente, después de todo el humor nos mantuvo entretenidos.

Más allá de una simple perspectiva...

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